Con sus flores delicadas y vibrantes, es un símbolo de belleza y gratitud. Sus capullos se abren en una danza de suaves colores, como expresión del afecto y la ternura maternos. Cada pétalo es una invitación a apreciar la delicadeza y la fuerza de las madres, que florecen incluso en las circunstancias más difíciles. Que su encantadora presencia sea un recordatorio constante del amor incondicional que comparten las madres.