Las propiedades curativas de la rosa de mosqueta son conocidas desde hace tiempo. Ya en el siglo X Avicena, el gran filósofo y médico recomendaba este aceite para aumentar el poder del cerebro y agilizar la mente. Si te has quemado en la playa o en la piscina un baño con unas gotas de aceite de rosa mosqueta aliviará y curará tu piel más que cualquier crema. Además, en aromaterapia se utiliza como antidepresivo.
La rosa mosqueta es un arbusto perteneciente a la familia de las rosáceas que está compuesto por sustancias con importantes propiedades terapéuticas. Crece de forma silvestre o cultivada en regiones de clima lluvioso, frío y generalmente en suelos planos y montañas de poca altura.
La cáscara del fruto presenta un alto contenido de vitamina C. De las semillas del fruto se obtiene un aceite que posee pequeñas cantidades de ácido transretinoico. Esta sustancia es un regenerador natural de la piel. Los aceites hechos a base de esta planta tienen propiedades curativas y pueden utilizarse como estimulante, digestivo, antiséptico y antiespasmódico natural.
Te de Rosa de Mosqueta.
La infusión de rosa mosqueta ofrece un espléndido complemento vitamínico natural. Puede beberse sola o mezclado con té verde a lo largo de todo el día. Sus componentes activos son altamente recomendables como antioxidantes y regeneradores celulares: vitamina C, B, K, taninos, ácido cítrico, pectina, caróteno.
Tiene propiedades medicinales como laxante suave. Es además un diurético muy recomendable; un buen astringente. Antioxidante natural, prepara al cuerpo para defenderse de las infecciones y de los desequilibrios del sistema inmunológico. Es un reconstituyente general y combate la debilidad, el cansancio y la fatiga.
No hay mejor forma de cuidarse: ¡Cuidate con rosas!