Estilizadas y elegantes como pocas flores, las calas pueden decorar desde una habitación, hasta un ramo de novia. Su belleza va marcada en su nombre ya que Kalos significa bonito en griego.
Las calas o alcatraces proceden del sur más lejano, Sudáfrica. Y aunque son de origen tropical, son muy resistentes y soportan bien las heladas. Las hay de varios colores y tonos pero el más tradicional es el blanco con una suave tonalidad marfil y aterciopelada. Las que tienen tonalidades rojas son sencillamente, espectaculares y aquellas más verdosas pueden llenar de frescor cualquier estancia o jardín.
Si estás buscando ideas para tu ramo de novia, la cala le dará un look muy sofisticado a tu arreglo. Considera seriamente un ramo de calas bien diseñado si tu boda es por la tarde-noche.
Si piensas regalar flores, un sencillo ramillete de calas bien elegidas puede ser la mejor solución cuando buscas la sutileza y discreción.