Salimos del invierno y empezamos a preparar los trastos de jardinería. Llega el momento de ponerse manos a la obra. En abril, ya se puede empezar a plantar de casi de todo. Empecemos con algunas tareas básicas:
Es hora de plantar los bulbos de floración veraniega como Dalia, Gladiolo, Hemerocalis, Azucena, etc. Házlo escalonadamente, desde mediados de marzo hasta finales de mayo, cada semana ó cada quince días. Recuerda: La profundidad de plantación tiene que ser dos veces el tamaño del bulbo. Evita que los narcisos y otros bulbos de primavera que ya han terminado su floración fructifiquen. Para ello recorta bien abajo los escapos florales y deja que las hojas se vayan secando para que engorde el bulbo.
Si quieres tener flores este verano, éstas tienes que sembrarlas ahora: Capuchinas, Clavel de moro, Coreopsis, Coronados, Cosmos, Gallardía, Girasol, Lobelia, Petunia, Zinnia y las trepadoras como Cobea, Guisante de olor y Campanillas.
Si tus plantas han estado durante el invierno en el interior, saca ya las plantas al sol, a las terrazas o a los balcones. Empieza a regarlas y a abonarlas (siempre y cuando las temperaturas no bajen demasiado) aumentando poco a poco la frecuencia de riegos. Evita el sol directo hasta que se aclimaten.
Riega las plantas de noche. Si riegas de día, alrededor del 30 % del agua se evapora antes de ser absorbida por las raíces.También es conveniente cortar (pinzar) las puntas de las hojas de la planta de interior para estimular el crecimiento de ésta y hacer que las hojas crezcan más grandes y espesas.
Si quieres (y puedes) plantar hortalizas y verduras, recuerda que la luna creciente de abril es perfecta para estos menesteres, tus zanahorias, tomates, pimientos, sandías, calabazas, judías, coles, apios, perejil, berenjenas…te lo agradecerán.
Con ésto ya tienes suficiente tarea para entretenerte, así que…. ¡Al tajo!