Lluvias torrenciales, olas de calor, sequías, frío intenso… las condiciones naturales extremas ponen a prueba el saber hacer de los jardineros y de los amantes de las plantas. Tener un jardín bonito bajo cualquier circunstancia no es tarea fácil. Los cuidados de las plantas de invierno suelen ser muy básicos, pero para que tus macizos, rocallas o arriates soporten los cambios climáticos, es conveniente usar plantas de exterior resistentes, adaptadas a cada tipo de suelo. Si quieres saber cuáles son las plantas más resistentes al frío y a las heladas, aquí te vamos a dar una lista de las plantas que sobreviven al invierno. Toma nota, porque estas especies vegetales son conocidas por resistir… ¡a todo!
- El euforbio
- El romero
- La salvia
- La campanilla
- El rosal
- El crisantemo
- El saúco
- La alheña
- La aquilegia o aguileña
- La lavatera o malva
El euforbio, una planta robusta
Si el euforbio, también conocido como tártago mayor, está tan presente en nuestros jardines, no es solo por la sencillez de su cultivo, sino también por ser plantas de exterior resistentes. Plantadas en primavera o al final del verano, estas plantas mediterráneas perennes resisten tanto a las olas de calor como a las de frío, pudiendo soportar hasta -15 °C. A los euforbios les gusta el suelo ligero y bien drenado y se pueden colocar fácilmente en arriates o en rocallas. Se distinguen por tener pequeñas flores rodeadas de brácteas de colores. Sin embargo, ten cuidado en caso de ingestión, porque esta planta es tóxica.
El romero, aromático y decorativo
Aunque el romero se utiliza sobre todo como hierba aromática, estas plantas resistentes al frío pueden ser también muy decorativas. Sus pequeñas flores azules, parecidas a la lavanda, y sus hojas con destellos plateados aportan una nota de color en un parterre, en un jardín de rocas y por supuesto en un pequeño huerto. Plantado en primavera en suelo seco y arenoso, el romero resiste tanto la sequía como las bajas temperaturas, siendo capaz de sobrevivir hasta -21 °C. No necesita muchos cuidados y es fácil de mantener en suelos pobres. Sus flores son melíferas, por lo que atrae a los insectos. Estas plantas de invierno son muy comunes en la Península Ibérica y por todo el Mediterráneo.
La salvia, diversa y variada
Camaleónica y adaptable, hay salvias para todos los gustos: la hormin o salvia azul, la salvia splenders o la coccinea en tonos rojos, la salvia siberiana, del desierto o de los prados… Sea cual sea la variedad elegida, esta planta perenne no necesita muchos cuidados y tolera mejor la sequía que las bajas temperaturas. Sembrada en primavera, en cualquier tipo de suelo, su floración en espigas con imponentes panículas erectas evoca la lavanda. Los tonos de las flores de la salvia son variados y la puedes tener tanto en una maceta en casa como en un jardín de rocas o grava. Se utiliza en aromaterapia y se le atribuyen efectos antisépticos y antiinflamatorios.
La campanilla, delicada pero resistente
¿Tienes un lugar olvidado en tu jardín donde nada parece crecer? ¡Pues tal vez sea el lugar perfecto para plantar campanillas! Fáciles de cultivar, estas plantas perennes, anuales o bienales según la variedad, son resistentes al hielo y destacan por su rapidísimo crecimiento y ejemplar floración. Amante de los suelos ligeros y húmedos, la campanilla se puede plantar en primavera y otoño en un parterre, borde, rocalla, entre pavimento o en un muro bajo. Apreciada por su aspecto salvaje, esta planta no necesita muchos cuidados y soporta altas y bajas temperaturas, ¡hasta -20 °C!
El rosal, el rey del jardín
Probablemente no sea el más robusto, pero sigue siendo el rey indiscutible de nuestros jardines, por lo que merece su lugar en esta selección. Si bien todas las variedades de esta planta de exterior resisten el frío hasta los -28 °C, hay una que también resiste las olas de calor y la sequía: el rosal trepador. Plantado todo el año (salvo en épocas de extremo calor o heladas), en un suelo rico, bien drenado y al abrigo del viento, el rosal puede florecer casi todo el año. Este tipo de rosal soporta fácilmente un enrejado, pero no tolera el cultivo en macetas. Sin embargo, otras especies como el rosal enano son perfectas para decorar tu casa o tu exterior en bellas macetas, eso sí, que sean de gran tamaño, ya que el rosal crece bastante.
El crisantemo, una explosión de color en invierno
Son un clásico entre las plantas de invierno, y sus flores alegres y solares alegran tanto nuestros interiores como los parterres de nuestros jardines. Los crisantemos son plantas que sobreviven al invierno y deben su popularidad tanto a su robustez como a su sencillez de mantenimiento. Entre multitud de variedades, el crisantemo de exterior es sin duda el que mejor soporta las adversidades climáticas, adaptándose a cualquier tipo de suelo. Plantada en primavera, su crecimiento es rápido y sus flores amarillas y de muchos otros colores recuerdan a la margarita, tanto por su forma como por la generosidad de sus pétalos. Sus flores y hojas también son comestibles.
El saúco, racimos de bayas comestibles
Apreciado por su resistencia, el saúco es un arbusto muy generoso. Sus abundantes flores de color crema se convierten en racimos de bayas redondas de tonos más oscuros. Tanto las flores como los frutos son comestibles. La planta del saúco requiere poco mantenimiento y es capaz de crecer en cualquier suelo y con cualquier exposición. Soporta tanto el calor como el frío (hasta -28 °C). Lo puedes plantar en otoño o primavera, de forma aislada o integrado en un grupo de arbustos.
La alheña, una cortina natural
Si la alheña o ligustro se ha utilizado durante mucho tiempo sólo para setos, es porque su crecimiento es rápido y su follaje forma una cortina ideal. Plantadas en primavera u otoño en un terreno bien drenado, estas plantas de exterior resistentes muestran una verdadera fortaleza frente al frío (hasta -28 °C), al calor y también a la contaminación. Durante su floración, la alheña se llena de multitud de pequeñas flores blancas que dan paso a pequeñas bayas negras. En algunos jardines se planta de manera aislada. Estas plantas, resistentes a las heladas, atraen mucho a los pájaros.
La aquilegia o aguileña, flores sorprendentes
Entre las plantas de exterior resistentes al frío, hay una que no deja indiferente a nadie, con sus extrañas hojas y sus solitarias flores de colores sorprendentes. La bella aguileña, que se impone en el jardín sin volverse nunca invasora, se ha ganado a pulso su lugar entre las plantas más resistentes, que soportan el calor y el frío hasta -20 °C. Plantada en primavera, la aguileña crece en suelos ligeros, húmedos y bien drenados. Florece en un jardín o en una rocalla, pero también se puede admirar en estado salvaje.
La lavatera o malva, una floración elegante
Ya sea como planta decorativa o como arbusto, la lavatera o malva se distingue por un crecimiento extremadamente rápido, adaptándose a cualquier tipo de suelo, aunque prefiere uno bien drenado.
Sembrada en primavera, estas plantas sobreviven al invierno en exterior y ofrecen una floración muy elegante, con flores blancas, rosas o violetas que los floristas utilizan a menudo en sus composiciones florales. Si la planta soporta calor y el frío hasta -15 °C, su vida es limitada, vive como máximo 5 años, aunque sus esquejes son muy sencillos de obtener.