El abeto, la flor de Pascua, el acebo o el cactus de Navidad son algunas de las plantas con las que decoramos nuestros hogares durante las festividades. Una de las más apreciadas es el muérdago, considerado como una planta sagrada y mágica en numerosas culturas europeas desde tiempos inmemoriales. Desde Interflora queremos descubrirte los mitos, leyendas y tradiciones que se esconden detrás de una de las variedades más especiales de la época navideña. Pero primero, conozcamos sus características y peculiaridades.
¿Qué es el muérdago?
Originario de regiones templadas o zonas tropicales de América, Europa y Asia occidental y meridional, existen más de mil variedades de muérdago en el mundo. Lo más curioso es que es una planta semiparasitaria: crece sobre los troncos y ramas de árboles como manzanos y robles penetrando sus raíces en ellos para extraer los nutrientes y, además, es capaz de realizar su propia fotosíntesis. Sus raíces nunca tocan la tierra, motivo por el cual diversas culturas la consideraran una planta navideña con poderes mágicos capaz de curar enfermedades y atraer la buena suerte. La especie europea, Viscum album, es un arbusto verde con flores amarillas y bayas blancas, las cuales se han utilizado desde hace siglos en la preparación de medicinas naturales.
El beso bajo el muérdago
La cultura norteamericana nos ha acercado a esta tradición a través de sus películas y series de TV, pero su origen se remonta a las culturas griegas y romanas. Se dice que los griegos fueron los primeros en utilizar el muérdago en ceremonias nupciales ya que era símbolo de fertilidad por su capacidad de reproducirse y crecer en las ramas de otros árboles. Por su parte, los romanos celebraban los Saturnales, un festival en honor a Saturno, dios de la agricultura, al que realizaban ofrendas con esta planta capaz de sobrevivir en situaciones adversas. Asimismo, el muérdago se asociaba con el amor y la paz: se colgaban en las puertas de los hogares para protegerse de los males y se utilizaban en la reconciliación de cónyuges quienes se daban un beso bajo unas ramas de la planta.
La tradición moderna como la conocemos hoy en día comenzó a moldearse en la Inglaterra de la época victoriana en la que la costumbre adquirió un misticismo romántico que rozaba la superstición: si una mujer situada bajo un ramillete de muérdago se negaba a un beso, no recibiría ninguna proposición matrimonial hasta el año siguiente. Por suerte, este aspecto ha desaparecido en la actualidad.
Santa Lucía y el muérdago
En algunos países del norte de Europa de origen celta existe la costumbre de quemar muérdago el 13 de diciembre, día de Santa Lucía. El ritual consiste en quemar el muérdago que se ha tenido colgado dentro del hogar desde la Navidad anterior para que se lleve todos los males que han ocurrido durante ese año y se sustituye por un nuevo ramo fresco. Esta tradición viene de la creencia en el poder mágico de la planta que «está entre el cielo y la tierra» (puede crecer sin tocar el suelo, pero no sobrevivir sola). Antiguamente coincidía con el solsticio de invierno, vinculado al comienzo de un nuevo ciclo.
El muérdago en la mitología nórdica
Otra leyenda que merece ser contada viene de los dioses de la mitología nórdica: Baldur, hijo de Odín, no dejaba de tener sueños premonitorios sobre su propia muerte. Frigg, la diosa del amor y la fertilidad, preocupada por la vida de su hijo, pidió a todos los seres que crecían en la tierra que jurasen protegerlo de cualquier daño. Así, Baldur se hizo invencible. Sin embargo, su celoso hermano Loki, se percató de que el muérdago no llegó a realizar su juramento ya que no crece sobre el suelo. Esto le llevó a fabricar una flecha con la planta para matar a Baldur. Algunas versiones cuentan que, tras la muerte de su hijo, Frigg lloró sin consuelo y sus lágrimas se transformaron en las bayas blancas de los muérdagos. Al ver su sufrimiento, los demás dioses resucitaron a Baldur, así la planta fue declarada símbolo de amor y amistad.
Con una historia profunda y arraigada en multitud de culturas, una cosa queda clara: el muérdago es sinónimo de amor, paz y fortuna, todo lo que deseamos para nuestros seres queridos. En Interflora hemos preparado una selección de plantas y flores de Navidad como centros de mesa, arreglos florales y coronas de adviento para regalar o decorar tu casa. ¡Vive unas Navidades llenas de magia e ilusión!
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