Planta bulbosa de la gran familia de la liláceas, la azucena es una flor espectacular con muchas geografías. Nativa de regiones templadas del hemisferio norte, se dan bien en casi toda Europa y en la mayor parte de Estados Unidos. Las liláceas en general se adaptan bien a hábitats diferentes, por lo que se pueden encontrar algunas de sus más de 80 variedades en zonas que van desde tierras rocosas y montañosas hasta praderas y pantanos.
Esta hermosa planta puede decorar un jardín durante muchos años. Florecen desde el final de la primavera hasta finales de verano y crecen sin dificultad en un lugar donde tengan sombra. Nunca deben recibir luz directa. También pueden plantarse en macetas. En este caso hay que tener en cuenta que las raíces pueden crecer varios centímetros, por lo que debemos asegurarnos de que la maceta sea lo suficientemente profunda.
La azucena se cultiva mucho para flor cortada, y, por su aroma y vistosidad es una de las flores preferidas de los floristas. Sus colores pueden ser muy variados: blanco, anaranjado, púrpura, rosa, amarillo, a las que se le suman sus combinaciones y las variedades con manchitas marrones y púrpuras. Como el color blanco se suele asociar con la pureza, las azucenas blancas suelen ser una flor recurrente en los ramos de novia.
Las azucenas desprenden un exquisito y suave perfume, sobre todo durante la noche, aunque no todas las variedades tienen olor. Mantienen su frescor y su fragancia durante mucho tiempo y, curiosamente, su aroma es mucho más agradable cuando están próximas a morir.
Su apelativo, azucena, tiene su raíz en el antiguo reino de Al-Andalus, aunque la historia de esta flor se remonta hasta el antiguo Egipto e incluso aparece en algunas esculturas de la época del templo de Salomón. Muy apreciada por las antiguas civilizaciones mediterráneas, esta bella flor, de suave perfume, era plantada en los jardines reales de la civilización minoica, como atestigua un vaso cretense del siglo XVII antes de Cristo encontrado en Knosos.
Ya en la Edad Media, los arbustos de esta flor aparecen representados en frescos y pinturas cristianas como símbolo de pureza y castidad. Hoy en día, las azucenas ponen un grado de elegancia e incluso de majestuosidad en los arreglos florales trasmitiendo al mismo tiempo un rasgo de generosidad e inocencia.
Aunque los magos utilizan las azucenas para ahuyentar a las fuerzas del mal, también podemos usar las hojas y bulbo de esta flor como remedio para curas y como un eficaz cosmético.
Propiedades de la Azucena para la Salud y la Belleza
Para la Salud
Aceite. Para diversas curas. Echar flores de azucena en aceite de oliva; pasados 3 días se sacan las primeras y se echan otras nuevas, y así hasta 3 veces, hasta que el aceite queda saturado con la esencia de la flor. Este aceite se emplea para curar úlceras, abscesos, contusiones.
Cataplasma. Eficaz contra panadizos, verrugas, forúnculos. Hervir el bulbo en agua o mejor aún, en leche. En este segundo caso debe ser empleado caliente y colocarlo, cortado a rodajas, sobre la zona afectada, cambiando este emplasto cada hora.
Para la Belleza
El aceite de azucena resulta muy eficaz para quitar manchas del cutis, pecas y cualquier otra imperfección de la piel. Puedes utilizarlo además como aceite de masaje. Aparte de sus propiedades hidratantes y emolientes, dará a tu piel una delicada fragancia.
Me encantan las azucenas,su olor es muy agradable,mi color favorito es el blanco