¿Es una margarita o una gerbera? ¿Alguna vez te has hecho esta pregunta? Estas dos flores tan parecidas, son en realidad muy distintas y diferenciarlas es más fácil de lo que parece. Si tú tampoco te aclaras y siempre te refieres a las gerberas como margaritas, en este artículo te enseñamos a distinguir estas dos flores tan diferentes y parecidas a la vez. 

¿Por qué se confunden las margaritas y las gerberas?

Vale, no podemos negar que las margaritas y las gerberas se parecen y, por eso, suelen confundirse. Esta confusión está bastante justificada, ya que ambas plantas pertenecen a la misma familia: las asteráceas (o Asteraceae). ¡Pero es que esta gran familia cuenta con más de 32.000 especies!

Algunas de las asteráceas son flores ornamentales ampliamente conocidas, como las margaritas, las gerberas, los crisantemos, las dalias o los girasoles, y otras son tan dispares como la lechuga, las endivias o el cardo. Este dato quizás te sorprenda, pero eso es porque nunca has visto las flores de estas hortalizas. Las asteráceas son una familia muy amplia y variada, pero todas sus flores comparten rasgos comunes.

La margarita: la más inocente de las flores silvestres

Antes de aprender a diferenciar entre margaritas y gerberas, primero deberemos conocer las características de cada planta. ¿No crees? ¡Empecemos por la margarita! 

Si piensas en una margarita, seguro que te viene a la mente la imagen de una flor de pétalos blancos con el centro amarillo. Sí, esa margarita clásica que todos hemos deshojado alguna vez con inocencia para saber si alguien nos quería… 

La flor que comúnmente conocemos como margarita, puede en realidad ser una Bellis perennis (margarita común) o una Anthemis arvensis (manzanilla). Estas dos especies, que crecen de manera silvestre en nuestros campos, sí que son prácticamente iguales y es normal confundirlas. Si quieres un truco para diferenciarlas, los pétalos de las Bellis son más grandes, y el aroma de las Anthemis, más intenso. 

La gerbera: la margarita africana

Referirse a las gerberas como margaritas no es del todo falso, ya que estas flores también se conocen como margaritas africanas o margaritas del Transvaal (su región originaria en Sudáfrica). Debido a sus flores grandes y llamativas y a sus colores variados, estas plantas son muy apreciadas para decorar jardines y como flor cortada para componer ramos y cestas. La flor suele ser de tamaño mediano a grande y está compuestas por varias hileras de pétalos. El centro puede ser de color oscuro o amarillo claro. Puedes descubrir más sobre las gerberas en este artículo.

Margaritas y gerberas: principales diferencias

Aunque procedan de la misma familia y en la cultura popular puedan llegar a confundirse, las margaritas y las gerberas son flores totalmente distintas. Como hemos visto, la margarita común es originaria de Europa, mientras que la gerbera procede de Sudáfrica. 

Aparte de su procedencia, el tamaño es también uno de los principales factores que las diferencian. Las gerberas son plantas de tallos más largos, gruesos y resistentes. Además, el tamaño de la flor de la gerbera es mucho más grande y, la cantidad de pétalos, mayor. Los pétalos de las margaritas son más alargados, y de las gerberas, más redondos.

En cuanto al color, la margarita común es de pétalos blancos y centro amarillo, pero podemos encontrarla en tonalidades como el rosa, el rojo o el violeta. Por su parte, la gerbera está disponible en una gama de colores mucho más amplia: desde el rojo más intenso hasta el rosa pastel, el azul o el violeta.

Si bien ambas son muy decorativas y se utilizan para crear ramos, cestas y otras composiciones florales, las gerberas son mucho más populares en este sentido por su colorido y son la quinta flor más vendida del mundo. 

Respecto al significado de estas flores, ambas comparten una simbología común: la inocencia y la pureza. No obstante, debido a sus colores llamativos, las gerberas gozan de un significado más ligado a la alegría y el positivismo.

Su cultivo también es ligeramente diferente. La planta de la margarita es más delicada y suele tardar un año o dos en florecer, mientras que la gerbera florece rápido y no dura más de dos o tres años. Ahora que sabes todo esto, ¿hemos logrado resolver tus dudas?

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