Hoy nos vamos a la India buscando una flor: El loto rosa. En este viaje por su historia y su perfume seguimos la pista que deja su particular aroma. Aunque el perfume de loto que conocemos hoy en día tenga más de recreación que de realidad, lo cierto es que el aroma natural de cada una de las diferentes especies de esta flor tiene su peculiaridad.

Los fósiles indican que hace quince millones de años existían 8 especies de Nelumbo nucifera, la familia de los lotos. Con el paso de los siglos quedaron reducidas a dos: el loto asiático y el loto americano.

En Oriente, la flor de loto ha sido considerada como una flor sagrada desde hace más de cinco mil años, desarrollándose desde entonces su cultivo con fines medicinales y alimenticios que perduran hasta la fecha.

En Occidente la mitología recrea la historia de esta flor, símbolo de la lucha contra el fracaso. Cuenta el mito clásico que una náyade -divinidad de las fuentes de agua dulce- desolada, logró emerger del lodazal que sus propias lágrimas habían creado y transformarse en una flor fragante y delicada.

Más allá de la mitología, tanto en oriente como en occidente la flor de loto simboliza la pureza de espíritu y de pensamiento al ser capaz de brotar espléndida y mayestática desde el fango, emergiendo sobre las aguas estancadas.

El trono de Buda


Dice la leyenda que el Niño Buda fue capaz de andar nada más nacer y que, después de dar sus siete primeros pasos en el mundo de los mortales un loto se abrió para que apoyara en el sus tiernos pies.

Los budistas adoran esta flor a la que adjudican cuatro virtudes: fragancia, limpieza, ternura y suavidad. Sus colores también tienen un código en esta religión. Por ejemplo, el loto blanco representa el estado mental de pureza -el Dalai Lama es el maestro del Loto Blanco- y es el color del Buda histórico. El loto rojo representa la naturaleza original del corazón; el azul significa la victoria del espíritu sobre los sentidos y representa la inteligencia por eso sólo está parcialmente abierto. El loto rosa es el loto supremo, reservado a la más alta deidad.

El loto es la flor nacional de la India (también de Taiwán) y la palabra Padmin, que significa “las damas del loto” se usa como piropo.

Sin duda, la referencia arquitectónica de esta flor más popular es la cúpula de mármol blanco del Taj Mahal. En el tercio superior está decorada con un anillo de flores de loto en relieve y rematada por la aguja dorada.

Fragancia de loto

En perfumería el olor de los lotos y los nenúfares es más una recreación fantasiosa que ninguna otra cosa. Los perfumistas lo llaman “acorde acuático-floral con notas de iononas en su núcleo”. Actualmente se recrea esta fragancia mezclando patchoulí, benjuí, styrax, alcoholes cinámicos y alcohol feniletílico.

No obstante, antiguamente existía en la India un perfume de precio privativo que llevaba absoluto de loto.  El absoluto de loto es un producto por el que ha ido creciendo el interés en los últimos años y en el que se sigue trabajando. El nuevo producto se basa en especias y hierba con un fondo terroso. Una vez diluido, asoman las notas florales.

La gama de perfumes en el mercado con notas de loto es bastante amplia. Estos son algunos:

Pink Lotus de Aftelier (originalmente fue creada para Madonna por Mandy Aftel), La Myrrhe de Serge Lutens;  L´Eau d´Issey  de Issey Miyake; Dior Addict 2 de Dior; Calvin Klein Euphoria Blossom; Ralph Lauren Blue; Eden de Cacharel; Halloween Freesia de Jesús del Pozo; Lotus Root de Malin + Goetz EdT o su versión aceite, Lotus oil de Jalaine; Lotus Blossom & Water Lily de Jo Malone; perfume sólido Lotus Flower de L´Occitane y Allure de Chanel.

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