Cuando llega el otoño, la caída de las hojas de los árboles está en pleno apogeo. Esas hojas que acaban en el suelo pueden convertirse en una solución orgánica muy beneficiosa para nuestro jardín. La hojarasca ayuda a enriquecer el suelo con sus propiedades, pero debemos saber cómo tratarla para convertirla en una composta ecológica y rica para nuestras plantas.

Antes de continuar: compost, composta, compostaje, abono… ¿son lo mismo? En este artículo te ayudamos a aclarar estas dudas y te mostramos los pasos para hacer compost casero de forma sencilla con restos de comida, hojas y otros materiales.

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Qué es el compost y para qué sirve

Compost: es un humus que se obtiene por la descomposición de los restos de residuos orgánicos como pueden ser hojas, césped cortado, paja, flores secas y plantas de macetas viejas. Todos estos son materiales de rápida descomposición y se pueden compostar para hacer un abono orgánico económico y ecológico para plantas y jardines.

Compostaje: es la elaboración del compost, el proceso que se debe llevar a cabo en los residuos para convertirlos en un abono que nos ayude a nutrir el suelo. Se consigue mediante una oxidación controlada de los desechos que deriva en un material de aspecto terroso que nos va a venir muy bien para abonar nuestro jardín evitando el uso de fertilizantes químicos.

Compostador: es el contenedor donde vamos a elaborar el abono. Lo ideal es que tenga dos compartimentos, en el inferior irá quedando el compost maduro, y si dispone de aberturas para extraerlo, mejor. Si no tiene base inferior se favorecerá que los microorganismos del suelo participen en la descomposición. Existen compostadores de tambor que se pueden girar con una manivela para voltear y oxigenar la mezcla cómodamente.

Hoy en día el compost se utiliza en jardinería y paisajismo como abono orgánico para mejorar el suelo o para recuperarlo de un modo natural. Así que ahora que ya sabemos de qué estamos hablando, veamos los pasos y los utensilios que necesitamos para crear nuestro humus casero de hojas secas.

Cómo hacer un buen abono o compost con residuos en casa

1. Hazte con un buen montón de hojas secas. Lo mejor es que provengan de diferentes árboles. Intenta no recoger hojas de pino y eucalipto.

Las hojas de pino contienen sustancias que aumentan el nivel de acidez acelerando el proceso de compostaje, mientras que las hojas de eucalipto contienen eucaliptol, una sustancia que no deja crecer nada a su alrededor.

2- Necesitarás un compostador, unos guantes y unas gafas protectoras. El compostador es el contenedor donde se prepara el abono. Lo puedes adquirir o puedes construirlo tú mismo reutilizando un cajón de madera o un cubo de plástico. Mejor que no sea de metal para evitar la corrosión. Se debe colocar en una zona del jardín o la terraza que tenga sombra, que no sea demasiado húmeda o demasiado seca, un nivel de humedad entre 40 y 60 % es óptimo. Ten en cuenta que durante el proceso se pueden llegar a generar temperaturas que superen los 70 grados por lo que debes buscar una zona aireada.

3- Ve añadiendo capas de los diferentes residuos orgánicos en el compostador: hojas secas, restos de césped cortado, tallos y flores secas, así como posos de café o cáscaras de huevo.

No incluyas grasas o aceite, ni nada de origen animal para evitar mal olor y visitas de roedores y otros animales no deseables.

Alterna dos capas de residuos verdes y húmedos con una capa de residuos secos y marrones, es decir, nitrógeno y carbono, factores que determinarán la temperatura del compost y la rapidez con la que se va a obtener el humus.

4- No debes aplastar las capas, si lo haces se reducirán las bolsas de oxígeno entre ellas y, por lo tanto, la mezcla se descompondrá más despacio, no se favorecerá el secado del exceso de agua y el compost podría pudrirse. Recuerda que la humedad y la ventilación tienen que poder actuar por partes iguales para lograr un buen fertilizante. Remueve las capas una vez a la semana con la ayuda de una pala o una horquilla para evitar que se apelmacen y que los microorganismos dispongan del oxígeno necesario para actuar.

5- El tiempo es otro factor imprescindible para la obtención del compost casero. Se necesitan entre 6 y 12 meses para conseguirlo. Sabremos que el compost está listo cuando se haya convertido en una especie de tierra de color marrón oscuro casi negro, tenga olor a tierra de bosque y esté fría al tacto.

No se debe pegar en la mano, lo que significará que no debe estar mojada.

Y ya estaría listo para utilizar en tus plantas o en tu jardín. Recuerda que el compost casero es un abono orgánico, ecológico, barato y beneficioso, ¡Anímate a elaborarlo este otoño!

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