La flor de Pascua, conocida científicamente como Euphorbia pulcherrima, es la planta más regalada durante la temporada navideña. Sus vistosas brácteas rojas, rosas o blancas son un símbolo de estas fechas. Para mantener tu planta como recién comprada durante toda la Navidad, la clave es aprender a regarla adecuadamente. En este artículo encontrarás una guía detallada sobre el riego de la legendaria flor de Pascua.
¿Cuánta agua necesitan las flores de Pascua?
La flor de Pascua o poinsettia no es una planta particularmente exigente en cuanto al riego, pero sí tiene sus preferencias. Como regla general, lo más importante para que tu planta no enferme es dejar secar ligeramente la tierra entre riegos. El exceso de agua resulta muy perjudicial, ya que sus raíces podrían pudrirse y sus hojas empezarían a caerse.
¿Cada cuánto se riega una poinsettia?
Como ocurre con cualquier otra planta, la frecuencia de riego dependerá de las condiciones ambientales, como la temperatura y la humedad. Durante el invierno, la planta está en plena floración y necesitará riego un par de veces por semana. En verano, puedes reducir a una vez por semana, a menos que vivas en un clima especialmente seco. Lo importante es que la tierra no se seque del todo.
Un truco infalible para saber cuándo regar tu poinsettia es introducir un dedo o un palo en la tierra, a unos dos o tres centímetros de profundidad. Si la tierra está seca, es hora de regar. Si aún está húmeda, es señal de que aún no necesita agua.
¿Cómo regar correctamente la flor de Pascua?
Si bien puedes recurrir a la manera tradicional, la mejor técnica para regar correctamente la flor de Pascua es que el riego sea por inmersión. Así, la planta absorberá poco a poco el agua y los nutrientes que necesita. Para ello, sumerge la maceta en un recipiente con agua a temperatura ambiente y deja que las raíces hagan su trabajo. Es importante comprobar que los orificios de drenaje no están obstruidos y que el agua no moje la parte superior de la planta. Pasados unos diez minutos, saca la maceta y deja que escurra bien, pues el exceso de agua puede causar la pudrición de las raíces y otras enfermedades.
Síntomas de un riego incorrecto en la flor de Pascua
Al contrario de lo que se cree, la flor de Pascua es una planta resistente, pero puede mostrar rápidamente síntomas de deterioro en las hojas si no se riega bien. Si las hojas se vuelven amarillas y se caen, puede ser una señal de demasiada agua, falta de nutrientes o cambios bruscos de temperatura. Las hojas que se caen pueden indicar una falta, un exceso de riego o estrés ambiental. Las manchas oscuras en las hojas o los tallos suelen deberse a enfermedades fúngicas o bacterianas, o a daños por exceso de riego. Si sospechas que tu planta se está pudriendo, sácala de la maceta para revisar las raíces. Cuando se pudren, las raíces están blandas y oscuras en lugar de firmes y blancas.
Otros trucos y consejos para cuidar tus poinsettias
Existen otros factores que, junto al riego, te permiten garantizar el desarrollo correcto de tus poinsettias. Estas plantas prefieren un ambiente con una humedad moderada. Si vives en un clima muy seco, te recomendamos colocar un humidificador cerca de la planta o la maceta sobre un plato con piedras y agua para aumentar la humedad.
La tierra de la maceta también es muy importante y el drenaje del suelo es fundamental. Usa un sustrato para plantas de interior que garantice un buen drenaje y perfora bien el fondo de la maceta si no tiene orificios o consideras que son demasiado estrechos.
¿Qué hacer con la flor de Pascua al final de la Navidad?
El riego es un aspecto fundamental para que tu flor de Pascua se mantenga bonita durante y después de la Navidad, aunque también es importante preparar la planta para su próximo ciclo de crecimiento. Pasadas las fiestas, cuando sus brácteas empiecen a caerse, poda la planta para estimular su crecimiento en la próxima temporada. Tras la poda, reduce la frecuencia de riego y coloca la planta en un lugar fresco y con buena luz indirecta.