Si hay un país donde el crisantemo es todo un símbolo, ese es Japón. Esta flor de otoño, que es el símbolo de la familia Imperial nipona, aparece en los pasaportes japoneses y en las embajadas y edificios oficiales de Japón, en los santuarios sintoístas y hasta cuenta con una gran fiesta anual en su honor. El crisantemo es, sin dudarlo, la flor de Japón. Tanto que hasta cuenta con una especie propia en este país, el Chrysanthemum japonense, un crisantemo salvaje originario del país nipón.
Chrysanthemum japonense, el más japonés de los crisantemos
El Chrysanthemum japonense, o Ashizuri nojigiku en japonés, es una planta perenne de la familia de las Asteraceae, endémica de Japón. Se trata de una especie de crisantemo silvestre, que se considera como la especie de origen de los crisantemos pequeños tipo margarita. Las hojas de las plantas del Chrysanthemum japonense son pequeñas y lobuladas y sus flores, de entre 3 y 5 cm de diámetro, tienen pétalos blancos y un centro amarillo. Esta planta florece cuando los días son más cortos, es decir, en otoño e invierno. Se puede forzar la floración del crisantemo japonés imitando los días más cortos, limitando la cantidad de luz que recibe la planta. El Chrysanthemum japonense, por sus pétalos blancos, es utilizado como símbolo de duelo en Japón. Como en la mayor parte de los países asiáticos, el blanco es el símbolo del duelo y las familias se visten de este color en el funeral para indicar al difunto que debe caminar hacia la luz del más allá.
La importancia del crisantemo en la cultura japonesa
El Chrysanthemum es una flor imprescindible en la cultura japonesa. En Japón se pueden encontrar más de 350 tipos de las 200.000 variedades de crisantemos que se conocen en el mundo. De origen chino, el crisantemo (kiku en japonés), llegó al archipiélago nipón en el siglo VIII, donde fascinó inmediatamente a sus habitantes. Este país ha adoptado la flor del crisantemo como símbolo nacional, siendo el escudo de armas del Emperador de Japón, cuyo trono Imperial es conocido como el Trono del Crisantemo. La más alta orden de caballería es la Orden del Crisantemo e incluso aparece en la moneda de 50 yenes y en el pasaporte japonés. Además, se utiliza como decoración bordada en muchas de las ropas, especialmente en el tradicional kimono. En Japón, esta flor se asocia a la longevidad, la alegría, el rejuvenecimiento y la vida eterna. Sin embargo, según su color, el significado del crisantemo en la cultura japonesa puede variar. El crisantemo amarillo significa sol, energía e inteligencia. Los crisantemos rojos simbolizan el amor y los crisantemos blancos se utilizan para expresar duelo y están presentes funerales y tumbas.
El Festival del Crisantemo en Japón
El crisantemo es todo un arte en Japón. Una pasión nacional cuya máxima expresión es el Kiku no Sekku o Festival del crisantemo, conocido también como Festival del Doble Nueve, ya que se celebra el día 9 del mes 9 del calendario gregoriano (septiembre). Según el I Ching de Confucio, el número nueve pertenece al yang, por lo que el 9 de septiembre es considerado como una fecha negativa. Para conjurar a los malos espíritus, los japoneses suben a una montaña, beben vino de crisantemo y llevan consigo esta flor, símbolo de energía y protección contra enfermedades y malos espíritus. El Festival del Crisantemo también se celebra en los santuarios sintoístas y en los templos budistas del país. Las calles y balcones se llenan de crisantemos naturales o pintados, se hacen esculturas con flores y se comen pasteles de crisantemo (hechos con pétalos mezclados con flores de arroz). Una costumbre ancestral es poner algodón sobre los crisantemos el día antes de la fiesta y, a la mañana siguiente, lavarse el cuerpo con el algodón mojado del rocío matinal, ya que se cree que el Chrysanthemum da vigor y larga vida a quienes la consumen.
El crisantemo en la cocina japonesa
Las hojas y tallos de las plantas del crisantemo, así como los pétalos de su flor, son utilizadas en la cocina japonesa para multitud de recetas. Las hojas se recogen antes de la floración de las plantas y se utilizan en ensaladas, dada su frescura y sus matices cítricos y mentolados. Los tallos suelen servirse como acompañante de sashimis, sopas y hasta en pasteles dulces o salados. Los capullos de sus flores se pueden encurtir o cocinar en tempura, bañados con salsa de soja. Las infusiones de flores de crisantemos se sirven en diferentes zonas de China y Japón acompañando la comida, y se sirven calientes o frías, como refresco natural. Una receta simple es saltear hojas de crisantemo joven con ajo y hacer una deliciosa tortilla. Sin embargo, hay que tener cuidado, ya que no todas las especies de crisantemos son comestibles. Por ejemplo, el Chrysantemum coronarium se utiliza en cocina y las flores del Chrysanthemum morifolium y del Chrysanthemum indicum se utilizan para hacer té de crisantemo. No es el caso del crisantemo holandés, puramente decorativo.
El crisantemo en la medicina asiática
El Chrysanthemum es una planta antioxidante, antimicrobiana, antiinflamatoria, calma el estómago así como los ojos irritados. Quizás por todo ello, el crisantemo está considerado como la planta de la longevidad. En la medicina tradicional asiática, el crisantemo se utiliza contra los dolores de cabeza, las migrañas o jaquecas, ya que tiene la capacidad de mejorar la función de los vasos sanguíneos y de las plaquetas.
El Chrysanthemum se utiliza también contra la falta de apetito y los trastornos de la digestión, así como para proteger el hígado. El té de crisantemo se usa en la medicina asiática contra la presión arterial alta, el hipertiroidismo, los trastornos respiratorios y el nerviosismo. Además, según recientes investigaciones, ciertas sustancias químicas del té de crisantemo, como el ácido octulosónico, el crisanol A y otros 17 compuestos, combaten la inflamación y pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedades crónicas.