Una creencia bastante extendida asegura que durante la noche las plantas compiten con los humanos por el oxígeno. Por ello, quizás el dormitorio ha sido tradicionalmente una habitación con poca presencia de plantas y flores.
Los científicos aseguran, sin embargo, que el nivel de oxigeno que puedan consumir unas cuantas plantas durante la noche es realmente mínimo y por lo tanto incapaz de generar en individuos sanos ningún tipo de problema respiratorio.
En cualquier caso, esa pequeña merma en el oxígeno se puede suplir con los beneficios que aporta un pequeño detalle de flores encima de una cómoda o incluso en la mesilla de noche.
Si las flores tienen aroma, éste ayudará al relax y, si están bien emplazadas, su color ayudará a cambiar el aspecto de la habítación haciéndola más íntima y confortable.
Los arreglos que se coloquen en el dormitorio han de ser pequeños de manera que no “inunden” el espacio con su presencia y distribuidas como pinceladas, en lugares donde podamos verlos o sentir su fragancia.
Un pequeño ramillete de rosas de té, frisias, peonias o lilas son una expléndida opción para poner en la mesilla de noche. Otra opción, un jarrón con lavanda encima de la cómoda. Su fragancia acompañará nuestros sueños.
Si quiere ofrecer una perfecta bienvenida a un invitado especial, coloque en su dormitorio un pequeño ramillete con flores diversas y no olvide dejar unos pétalos de rosa en el cuarto de baño.