Ultimamente se viene hablando, y cada vez más sobre las propiedades de una planta que hasta hace poco era poco conocida: la estevia.
La planta de la estevia es familia del girasol (Asteraceae) y es nativa de regiones subtropicales y tropicales de Suramérica y Centroamérica. Una de sus especies, Stevia rebaudiana, conocida en guaraní como ka’a he’ẽ («hierba dulce»), o, simplemente, «estevia», es ampliamente cultivada por sus hojas dulces.
Utilizada milenariamente por tribus o etnias de Sudamérica, principalmente por Paraguay, Bolivia, Brasil y Argentina, existen diversas variedades que aún tienen un cultivo étnico y ecológico.
Las hojas de las plantas de este género tienen un dulzor más tenue al principio de su degustación y una duración más larga que los del azúcar. Se dice que el extracto de estevia es 300 veces más dulce que el del azúcar común, pero, a la hora de endulzar un café, por ejemplo, hemos comprobado que se necesita bastante más cantidad de estevia de la que utilizaríamos con un edulcorante artificial o con azúcar.
El valor de la estevia va sin embargo más allá de su uso como edulcorante. Investigaciones médicas realizadas recientemente han demostrado sus posibles beneficios en el tratamiento de la obesidad y la hipertensión arterial. El consumo de los extractos de sus plantas no eleva el porcentaje de glucosa en la sangre, lo que lo convierte en un sustituto natural y saludable del azúcar.
Como edulcorante natural la estevia tiene propiedades muy interesantes que hacen que su uso se vaya extendiendo con rapidez, aunque de momento su precio sigue siendo una barrera:
En resumen, la estevia te ofrece una solución natural si no quieres o no puedes consumir azúcar, fructosa u otros edulcorantes artificiales como sacarina, etc. Hasta ahora era muy difícil encontrar los preparados, e incluso la planta en el mercado europeo pero desde hace un tiempo, su uso se va extendiendo, bien en forma de líquido o en polvo. También se vende mezclada con otros edulcorantes y su precio resulta más asequible.