Si te estás preguntando qué es una planta sensitiva, solo tienes que pensar en la mimosa. Sus flores amarillas en forma de pompón aromatizan y alegran nuestros jardines de invierno desde finales de diciembre, excitando nuestra sensibilidad con su promesa de primavera. La especie de mimosa más conocida en Europa es la acacia dealbata, comúnmente llamada «mimosa de los floristas» o “acacia francesa”. Una planta de exterior que nos regala flores con un significado muy positivo. Si quieres saber más sobre la mimosa, su significado y su cuidado, Interflora te lo cuenta todo en este artículo.
Las características de la mimosa
La mimosa o Acacia Dealbata es un arbusto perteneciente al orden de las Fabáceas. Existen más de 1200 especies en todo el mundo, con colores y formas variadas, aunque las más conocidas en Europa son las amarillas. Otra de las especies más conocidas es la mimosa púdica (también conocida como mimosa sensitiva), que no tiene nada que ver con la Acacia Dealbata.
Por sus características, las flores de las mimosas se utilizan muy a menudo en la confección de ramos de invierno, ya que aportan notas soleadas a los tonos grises y blancos de esta temporada. Sus pompones dorados aparecen desde el mes de diciembre en los jardines y campos, convirtiendo su floración en un verdadero espectáculo.
Muy resistentes cuando viven en condiciones climáticas favorables, estas plantas arbustivas tienen un crecimiento rápido y, en muchos lugares, son consideradas como plantas exóticas invasivas. Las plantas arbustivas de la mimosa pueden crecer entre 30 y 60 cm por año. Antes de plantarla en tu jardín, ten en cuenta que puede alcanzar entre 3 y 10 m de altura y entre 2 y 4 m de extensión.
Origen e historia de la planta de la mimosa
La acacia Dealbata proviene de Australia y Tasmania, aunque actualmente ya se ha aclimatado a muchos lugares del mundo, entre ellos las costas mediterráneas y la cornisa cantábrica. La ciudad francesa de Mandelieu-La Napoule, muy cerca de Cannes, es la capital internacional de la mimosa. Cada mes de febrero desde 1931, este árbol ornamental es el protagonista de una gran fiesta popular, ¡que dura 10 días! Desde esta ciudad salen más de ocho millones de ramos de estas flores al año, que se distribuyen a todo el mundo.
La mimosa llegó a Europa y a la costa mediterránea a principios del siglo XIX, de manos del gran explorador y científico James Cook, quién la descubrió en uno de sus viajes por Australia. Enseguida se popularizó su cultivo en la Costa Azul como planta productora de flores cortadas y como árbol para adornar los jardines de las villas.
Este arbusto se adaptó magníficamente a su nuevo entorno, apreciando el clima soleado y las heladas poco frecuentes de la Costa Azul. Así, echó raíces en los macizos del Esterel y del Tanneron. Los aristócratas europeos fueron los primeros en adornar sus jardines con estos arbustos de colores soleados.
Del antiguo Egipto a la época victoriana
Sin embargo, los egipcios ya conocían estas pequeñas y aromáticas flores, así como su árbol resistente, y las eligieron como representación de Hathor, diosa del amor y la belleza, y más tarde de Isis, madre de dioses. Diversos hallazgos de sarcófagos egipcios muestran que su madera fue utilizada en los ritos mortuorios, probablemente debido a que es altamente resistente a la pudrición.
En la época Victoriana, donde las flores se utilizaban para enviar mensajes codificados, la flor de la mimosa se utilizaba para comunicar un amor secreto, con un significado de rubor y discreción.
La mimosa en España
En España, el cultivo de este arbusto está regulado por un decreto, ya que se la considera una planta invasora con un potencial colonizador que la convierte en una amenaza para las especies autóctonas. Estas plantas se adaptan a cualquier tipo de suelo, soportan heladas no demasiado intensas, crecen rápido y se reproducen fácilmente, brotando sin problema después de un incendio, puesto que el calor estimula sus semillas. Pero el grave problema está en una sustancia que segregan, que complica el crecimiento de las plantas próximas a ellas, por eso las especies autóctonas no pueden competir con la mimosa y terminan desapareciendo.
La mimosa se encuentra ampliamente naturalizada en Galicia donde, a pesar de su origen australiano, se ha convertido en un elemento característico del paisaje gallego, al igual que el eucalipto, otro árbol igualmente australiano.
Así mismo, se encuentra naturalizada en puntos diversos del norte cantábrico, Cataluña, oeste de Castilla y León, Extremadura, Andalucía occidental, Valencia y las Canarias orientales.
Mimosa: su significado en el lenguaje de las flores
Al igual que el girasol y otras flores de un amarillo luminoso, las flores de la mimosa evocan con su forma y color al sol. Por eso, el significado de la mimosa está relacionado con la magnificencia, la elegancia y la ternura, y transmite un mensaje de amistad y energía. En los sueños, la mimosa es signo de seguridad. Además, las flores de la mimosa también representan la energía femenina y, desde 1946, es el emblema del Día Internacional de los Derechos de la Mujer, celebrado el 8 de marzo. Un regalo estupendo para esas mujeres a las que admiras.
El cuidado de la mimosa
Las flores de la mimosa o Acacia dealbata son una de las flores más bonitas del invierno. Esta planta arbustiva resistente y duradera no requiere muchos cuidados y, si bien no se puede plantar en suelo de manera masiva en cualquier lugar, es posible cultivarla en una maceta de gran tamaño en tu terraza o jardín. Aquí te damos pistas para que puedas cuidar la sensitiva planta de la mimosa:
Cómo plantar la mimosa
- ¿Dónde?: para plantar la mimosa en tu terraza o balcón, elige macetas grandes y colócalas en un lugar protegido, para evitar que tu planta sufra con las heladas. Si la plantas en tu jardín, es mejor que lo hagas cerca de casa, para disfrutar de su fragancia. Sin embargo, procura establecer una distancia prudente entre tu casa y tu mimosa, ya que sus raíces superficiales se extienden varios metros rápidamente. Si vives cerca del mar, coloca tu árbol detrás de un seto, para protegerlo de las ráfagas de viento.
- ¿En qué tipo de suelo o sustrato?: no plantes tu mimosa en un suelo calcáreo o en una tierra pesada o arcillosa, y evita exponerla al frío y al viento fresco y seco. En cambio, a esta planta le encanta el calor y el sol (al menos 3 horas al día), así como los suelos bien drenados y arenosos.
- ¿Cuándo?: la plantación de la mimosa se realiza en primavera u otoño para los arbustos plantados en plena tierra. Si deseas plantar tu pequeño árbol en una maceta, hazlo únicamente en periodo primaveral.
Esqueje de mimosa
Para obtener un esqueje de mimosa, necesitarás un invernadero frío o una galería para guardarlo. Corta con una podadora un brote joven de 20 cm de largo en primavera. Retira todas las hojas de la parte inferior del esqueje y plántalo en una maceta llena de arena de río húmeda.
¿Cómo podar la mimosa?
La poda de la mimosa siempre se realiza después de la floración. Utiliza unas tijeras de podar limpias y corta la punta de las ramas que han florecido. De esta manera, evitarás que se desarrollen los frutos y que las semillas se dispersen en tu jardín. Corta al mismo tiempo los brotes o retoños que surgen del suelo.
Enfermedades y parásitos de la mimosa
La mimosa es una planta muy sensible a diversos parásitos, especialmente a la cochinilla y a la cicadela. Este árbol también puede ser propenso a la clorosis de las plantas, un amarillamiento de las hojas y otras partes de la planta a causa de la disminución de la clorofila. Esto puede suceder debido a varias causas, por ejemplo, cuando una planta no recibe suficiente luz.
Los cuidados para evitar la clorosis son sencillos. En primavera o verano enriquece el suelo alrededor de tu arbusto con sulfato de hierro, añadiéndolo al agua de riego 2 o 3 veces al día en intervalos de 10 días. Para eliminar las cochinillas algodonosas de tu mimosa, puedes comenzar limpiando la planta con un chorro de agua. Luego, usa un tratamiento anticochinilla a base de aceite que puedes encontrar en las tiendas especializadas. También puedes eliminarlas con la ayuda de las mariquitas, ¡un remedio muy natural! Para deshacerte de las cicadelas, limpia tu arbusto con agua y rocíalo con un insecticida de origen vegetal a base de piretro.
La mimosa es una planta que atrae las miradas y cuyo perfume es inconfundible. Su floración invernal y su follaje decorativo, que dura todo el año, adornan maravillosamente los jardines y las terrazas. Además, el significado de la mimosa es tan bello, que seguro que será el regalo ideal para muchas ocasiones. Como no necesita muchos cuidados, será perfecta como planta decorativa. Elige un ramo de mimosa o una planta de interior o exterior con Interflora. ¡Haremos su entrega donde tú quieras en menos de 24 horas!