La miel ha estado siempre asociada a la buena salud y al bienestar. La referencia al precioso néctar aparecen en textos sagrados y profanos desde el mismo comienzo de nuestra civilización. Este verdadero néctar de flores, es uno de los productos más cotidianos y más versátiles y sigue siendo utilizado en numerosas recetas como fuente de placer o como remedio para la salud,

El sabor, olor y calidad de la miel varía con la edad de las abejas y el tipo de flores que han libado. También va a depender de la estación climática y las épocas de floración de las diferentes plantas. Pero si existen protagonistas en esta historia, ésas son las abejas. Su ingenio es sorprendente. Tras recoger el polen de las plantas producen un líquido que se espesa gracias al aire que generan aleteando constantemente sus minúsculas alas. Después, almacenan esta miel ordenadamente en celdillas y cierran éstas herméticamente con cera. Así evitan que la miel absorba agua o se fermente.

Néctar de faraones, placer de atletas

Los humanos hemos venido utilizando la miel como alimento desde la Prehistoria. Así lo demuestran las pinturas rupestres del levante español donde se representan ya, individuos reolectando miel con largos palos.

A lo largo de diferentes épocas y culturas las miel ha demostrado ser el edulcorante por excelencia. Egipcios, griegos, romanos y árabes ya le otorgaban propiedades antisépticas, calmantes, tonificantes, laxantes y diuréticas. En el caso por ejemplo de los egipcios, la miel se convirtió en un producto muy utilizado tanto en la mesa como en la tumba, formando parte de los elementos rituales en la momificación. Este gusto por la miel les llevó a Desarrollar la apicultura enormemente. Tanto que llegaron a cargar colmenas en sus barcos mientras navegaban, inventando de paso una suerte de apicultura migratoria, pues las abejas seguían el transcurso del viaje libando las flores que encontraban en su recorrido, hasta que finalmente la miel era recogida al final del viaje.

En la Grecia clásica la miel fue utilizada como alimento energético y no faltaba en la dieta de los atletas. Los romanos le dieron finalmente un uso mucho más lúdico, mezclándola con vino y que consumían en grandes cantidades. Tanto que la exigían como botín o tributo a sus enemigos derrotados.

Con el desarrollo de la industria azucarera, la miel va perdiendo su papel en las alacenas y se fue sustituyendo por el azúcar refinado. Por fortuna, hoy en día podemos seguir beneficiándonos de las increíbles propiedades de la miel avaladas ya por la medicina tanto como la gastronomía o la cosmética.

La miel en el botiquín

Contra la tos: mezclar dos cucharadas soperas de glicerina con una de miel. En cada acceso de tos tomar una pequeña cucharadita de esta mezcla.

Para los resfriados y la voz ronca: exprimir un limón y diluir con dos dedos de agua caliente, añadir dos cucharadas pequeñas de miel e ir tomando a sorbos.

 En caso de bronquitis: hervir dentro de un saquito 175 gramos de lino. En la decocción añadir el jugo de tres limones y medio kilo de miel para un litro del compuesto.

Para aliviar el estreñimiento: mezclar miel con leche hervida, a partes iguales, tomando dos tazas al día durante dos o tres semanas. Tomarlo bien caliente.

Para cicatrizar heridas: mezclar a partes iguales miel con aceite de hígado de bacalao. Untarse con esta mezcla las heridas y veremos que cicatrizan prácticamente de un día para otro.

Bizcocho de miel

Ingredientes:

2 tazas de miel
1 taza de café de malta
1 taza de aceite
1 taza de zumo de naranja
Ralladura de limón
Esencia de vainilla
3 huevos
2 tazas de harina integral
1 cucharadita de bicarbonato de sodio
Un poco de alcohol fino (60º)

Preparación:

Batir los huevos, agregar la miel y unir bien. Añadir el aceite, el jugo de naranjas, el bicarbonato disuelto en un poco de alcohol y perfumar con la esencia de vainilla junto con la ralladura de limón. En otro bol, tamizar la harina con la fécula y agregar poco a poco la preparación líquida. Finalmente agregar las almendras y las pasas. Colocar en un molde de budín. Llevar a horno.

Licor de Miel

Miel: 600 gr
Canela: 2 ramas
Clavo de olor: 3
Agua: 600 cc
Cáscara de Naranja: 50 gr
Alcohol: 1 litro (60º)

Preparación:

Colocar las cáscaras de naranja en un frasco de boca ancha. Verter el alcohol, tapar y Macerar 2 semanas. Calentar el agua y disolver en ella la miel. Fuera del fuego añadir los clavos y la canela. Dejar enfriar. Mezclar con el alcohol aromatizado a la naranja. Estacionar unos días, agitando de vez en cuando el recipiente. Luego dejar reposar absolutamente dos días más. Filtrar y embotellar.

Miel de belleza

La miel favorece la hidratación de la piel. Puedes usarla como mascarilla.

Receta contra las pecas: mezclar 250 g de miel, el zumo de un limón, 60 g de glicerina, 60 mm de alcohol de 70º. Aplicar por las mañanas y al acostarse.

Remedio contra las impurezas cutáneas: mezclar a partes iguales miel y leche añadiendo a la mezcla el zumo de un limón. Agitarlos intensamente y aplicar la emulsión al cutis cada noche antes de acostarse.

Perfume de miel

Si quieres envolverte con aroma  miel nada mejor que un perfume:

Eau du Soir , la segunda fragancia de la casa de cosméticos Sisley. Un perfume sugerente con tintes de atardecer donde se mezclan los aromas de las flores, la miel, el almizcle, el ámbar y el pachulí. Nada mejor para ayudarte a volar.

1 comentario en “El placer de la miel”

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