Si tú también piensas que la flor de Pascua es una planta que no dura pasada la Navidad, ¡este artículo te interesa! La poinsettia o flor de Pascua es una especie más resistente de lo que parece, solo necesitas conocer algunos cuidados y prestar atención a un detalle sumamente importante: ¡el cambio a otra maceta! En este artículo te contamos todos nuestros consejos para trasplantar tu flor de Pascua y que dure igual de bonita para siempre.
¿Por qué es importante trasplantar la flor de Pascua?
La flor de Pascua es una de las estrellas de la decoración navideña y uno de los regalos más habituales en Navidad. Por unas cuestiones u otras, estas plantas suelen comercializarse en macetas demasiado pequeñas. Estas macetas “temporales” pueden servir para mantener la planta unas semanas pero, si queremos que nuestra poinsettia dure pasadas las navidades, es muy importante trasplantarla a una más grande.
Otro motivo importante para cambiar de maceta es que las plantas que compramos suelen venir en un sustrato de peor calidad. Al trasplantar nuestra poinsettia, podemos aprovechar para aportarle los nutrientes que necesita. El trasplante a un tiesto de mayor tamaño con un sustrato nuevo es la mejor manera de favorecer el desarrollo de nuestra flor de Pascua, ya que las raíces tendrán más espacio para crecer y alimentarse correctamente.
¿Cuál es la mejor época para trasplantar la flor de Pascua?
La poinsettia es propia de los climas tropicales o subtropicales, recuerda que es una planta originaria de México. Una de sus peculiaridades es que sus flores salen en invierno, ya que estas especies florecen cuando reciben menos horas de luz. Lo más habitual es que pasada la Navidad sus hojas se caigan, pero no es un síntoma de que se esté muriendo. Al contrario, forma parte de su ciclo y el trasplante se deberá realizar igualmente. En general, recomendamos trasplantarla durante la primavera, aunque no es necesario esperar a que se le caigan todas las hojas.
¿Cómo trasplantar la flor de Pascua?
El trasplante de las flores de Pascua es similar al de otras especies de plantas. La clave es tener paciencia y realizarlo cuidadosamente para no romper sus raíces o quebrar sus ramas. Recuerda que este proceso es muy importante para que tu poinsettia vuelva a florecer. Para trasplantarla correctamente, solo deberás seguir estos pasos:
- Busca una maceta ligeramente más grande que la anterior, con unos 3 o 4 cm será suficiente.
- Elige un buen sustrato rico en nutrientes. Puedes preguntar en tu tienda de jardinería o prepararlo con una mezcla de fibra de coco, de humus de lombriz y de turba.
- Coloca una capa del nuevo sustrato en el interior y retira con cuidado la poinsettia de la antigua maceta.
- Coloca el cepellón en el centro y rellena con el resto del sustrato sin apretar demasiado. La planta deberá quedar como a un centímetro respecto al borde de la maceta, ni muy alta, ni muy baja.
- Riega abundantemente después de trasplantar y, luego, ve espaciando el riego.
- Consejo extra: puedes aprovechar el trasplante para podar tu flor de Pascua si no lo has hecho ya.
¿Qué hacer después de trasplantar una flor de Pascua?
Una vez trasplantada tu flor de Pascua, deberás buscar la ubicación más adecuada para ella. El truco para que esta planta prospere y vuelva a florecer es reproducir las condiciones de su hábitat natural. Por tanto, necesitará mucha luz al principio y oscuridad en los meses anteriores a la floración. Si quieres descubrir más cuidados para tu flor de Pascua después de Navidad, no te pierdas este artículo.
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