A pesar de su apariencia frágil y delicada, el eléboro negro es en realidad una flor resistente y capaz de sobrevivir al frío invernal. Quizás por eso, es una planta a la que se le atribuyen numerosas propiedades medicinales. Desde la Antigüedad, el Helleborus niger se considera una planta mágica y está asociada a múltiples leyendas. Descubre todo sobre esta bonita flor y de dónde procede el apelativo de rosa de Navidad.
Características del Helleborus niger
La rosa de Navidad o eléboro negro es una planta que pertenece al género Helleborus y a la extensa familia de las ranonculáceas.
Es originaria del centro y del sur de Europa. De hecho, en estas zonas es habitual encontrarla en los bosques y las zonas montañosas, especialmente en Francia. Eso sí, es importante tener en cuenta que se trata de una especie protegida y, por tanto, no se puede cortar sin autorización.
Su nombre, eléboro negro, se debe al color de sus raíces, ya que se trata de una especie rizomatosa. Las flores están compuestas por cinco pétalos, generalmente blancos, aunque pueden adquirir también tonalidades rosas. En el centro, encontramos numerosos estambres. Sus hojas son de color verde oscuro y presentan un largo peciolo. El Helleborus niger es una especie que florece entre noviembre y abril.
Aunque el Helleborus niger sea la más conocida, podemos encontrar otras especies como el Helleborus argutifolius, el Helleborus foetidus o el Helleborus orientalis.
En la actualidad, los híbridos nos ofrecen una amplia paleta de colores (amarillo, verde, púrpura) y hasta con diferentes motivos (estriados, sombreados, moteados…).
Historia, mitos y leyendas del eléboro negro
Ya en la Antigüedad podemos encontrar alusiones al Helleborus niger en los textos de los botánicos griegos Teofrasto y Dioscórides. En aquella época se le atribuían numerosas virtudes. Además de sus propiedades purgativas, se consideraba un remedio contra la locura. En la mitología podemos encontrar varias historias que narran estos hechos. Por ejemplo, Heracles, enloquecido de amor por Hera, hasta el punto de asesinar a sus propios hijos, recuperó la razón gracias al extracto de la raíz del eléboro. Una creencia que perduró hasta la Edad Media.
Esta planta también se asocia con la magia negra (se dice que servía para invocar a las fuerzas oscuras en los ritos de exorcismo) y con la protección del ganado. Según las antiguas creencias, cuando un animal parecía haberse envenenado, bastaba con perforarle la oreja y aplicar un extracto de raíz de la rosa de Navidad para que se recuperara.
No obstante, es importante saber que el Helleborus niger, al igual que el resto de especies de este género, es una planta muy tóxica. Contiene heleboreína, una sustancia que paraliza el sistema nervioso y afecta al corazón. Quizás por los efectos secundarios que provoca, a esta planta se le atribuyen tantísimos sobrenombres, a cual más estrafalario: “hierba de los locos” o de los” tontos”, “pie de grifo”, “pata de oso”, “rosa de la serpiente”, “pan de culebra”…
La leyenda de la rosa de Navidad
El nombre de rosa de Navidad se atribuye a una leyenda cristiana: mientras cuidaba de su rebaño de ovejas durante el invierno, una joven pastorcilla llamada Madelón vio pasar a una caravana de personas. Se trataba de los Reyes Mayos y otros pastores, que iban a adorar al Niño Jesús y a llevarle todos sus presentes para celebrar su nacimiento. Ante tantos regalos, la pobre Madelón se sintió apenada porque no tenía nada que ofrecerle al niño recién nacido. Desconsolada, un ángel se apiadó de ella y transformó sus lágrimas, que caían en la nieve, en una espléndida flor, a la que llamaron rosa de Navidad. Desde entonces, es costumbre colocar algunos eléboros negros en los belenes y es una de las plantas navideñas más populares.
Significado del eléboro negro en el lenguaje de las flores
En el lenguaje de las flores, el eléboro se asocia con la locura y simboliza la “locura de amor”. Su nombre científico, Helleborus, procede del griego “elleros” (malo) y de “boros” (alimento). Por tanto, su significado sería “alimento que provoca la muerte”.
Cuidados y cultivo del Helleborus niger
En general, los Helleborus, como el famoso Muérdago de Navidad, son plantas fáciles de cuidar. Puedes plantarlas en macetas o en tu jardín, aunque deberás tener en cuenta que el eléboro negro no suele prosperar en terrenos ácidos. Te recomendamos un sustrato neutro o calcáreo, ligero y con un buen drenaje.
El mejor momento para plantar esta especie es durante la primavera, en un lugar en semisombra y protegido del viento. Como hemos dicho, estas plantas son arbustos de hoja caduca, y son ideales para plantar tanto en macetas en tu balcón como en un jardín. Eso sí, escoge bien el lugar porque, una vez plantado, es mejor no cambiarlo de sitio.
Haz un agujero de 40 cm de diámetro y desapelmaza el fondo antes de colocar tu planta. Ten cuidado de no dañar sus raíces, son bastante frágiles. Comprueba que no esté plantado en un hueco, para que no se encharque y se pudra por la humedad. Rellena con una mezcla de tierra, sustrato para macetas y un poco de arena y riega generosamente.
Los Helleborus niger requieren pocos cuidados adicionales. Retira las hojas y las flores cuando estén marchitas y riega cuando haga calor si la tierra está seca. Si quieres, también puedes cortar algunas hojas para que las flores se vean más. Si los inviernos son muy fríos (a partir de -10 °C), recomendamos proteger la base de la planta. Por último, debes saber que, aunque el eléboro negro es una planta de invierno, la nieve puede quemar sus botones florales. Para remediarlo, cúbrelos en caso de nevada. Y ten paciencia, porque las flores tardan dos o tres años en abrirse…
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