El duelo es un momento de recogimiento, solemnidad y tristeza por la pérdida de un ser querido. En esta situación, las flores de luto son la mejor manera de plasmar estas emociones. Sin embargo, no siempre es fácil discernir qué tipos de flores son las más indicadas para los funerales.
Si queremos enviar un mensaje con el significado adecuado, deberemos tener en cuenta las circunstancias del fallecimiento, pero también la personalidad del difunto y las creencias o deseos de la familia. Estos son solo algunos de los elementos esenciales que puedes analizar a la hora de elegir un ramo o un arreglo floral de luto. A continuación, te dejamos algunos consejos con los que elegir las flores adecuadas para un duelo en cada momento.
Elegir flores de duelo según la relación con el fallecido
Al enviar flores funerarias al tanatorio o para decorar la tumba, la relación con el fallecido será sin duda el elemento que más influya en nuestra elección. En estos momentos de tristeza en los que nos invaden tantas emociones y sentimientos, debemos procurar no cometer errores, cumplir los últimos deseos del difunto y encajar de forma armoniosa con los arreglos funerarios dispuestos por la familia. Se suelen dar tres circunstancias principales:
Si el fallecido era un compañero de trabajo, un conocido de una asociación o sindicato, o el padre de un alumno de la clase de tus hijos, es importante mostrar cariño y respeto sin expresar una familiaridad inapropiada. En estos entornos colectivos, es habitual acercarse a los fallecidos con una composición y una cinta común. Es el caso de las coronas funerarias, las cruces, los almohadones y algunos cojines. Lo importante es favorecer la sobriedad, incluso una cierta neutralidad.
Si el fallecido tenía una relación de amistad con el remitente de las flores de duelo, debe tenerse en cuenta la cercanía entre ambos. Para un mejor amigo o un amigo de toda la vida, se pueden escoger arreglos y flores que un amigo más lejano no elegiría. Por ejemplo, las variedades de flor favoritas del fallecido, aunque sean excéntricas o inapropiadas para las circunstancias, pero que expresan una larga historia compartida y un homenaje muy emotivo.
Por último, para un familiar, es posible escoger ciertos tipos de flores que no sería posible ofrecer a una persona menos íntima. Las rosas rojas, por ejemplo, son el privilegio del luto entre una pareja para expresar un amor intenso. Del mismo modo, arreglos con flores como los lirios, las orquídeas y los claveles expresan una cercanía e intimidad con el fallecido que normalmente se reserva para la familia o los amigos más cercanos.
Elegir flores según la edad del fallecido y la temporada
La edad del fallecido debe tenerse en cuenta a la hora de elegir la flor más adecuada, pues algunas situaciones requieren aún más cuidado y atención. Es el caso de los niños que se han ido demasiado pronto. Es costumbre destacar su pureza e inocencia eligiendo flores blancas, como los lirios blancos o las rosas. Los colores claros expresan el respeto por los mayores, como un abuelo o una abuela fallecidos.
Hay que tener en cuenta que las flores fúnebres no solo sirven para enviarse al tanatorio o al funeral, sino también para mostrar nuestro respeto en el cementerio una vez pasado el duelo propiamente dicho. Los familiares y amigos suelen decorar con flores la tumba durante todo el año, por lo que habrá que tener en cuenta la disposición de las jardineras y los demás adornos florales, así como las variedades disponibles en cada época.
El Día de Todos los Santos es la ocasión ideal para recordar con flores a nuestros seres queridos. En estas fechas suelen ofrecerse los tradicionales crisantemos y claveles, aunque la temporada de otoño se presta al brezo y al ciclamen. Si tenemos en cuenta las estaciones, podremos mantener la tumba con flores durante un largo periodo de tiempo. Los pensamientos pueden soportar el frío del invierno, mientras que las dipladenias son recomendables para el calor del verano, al igual que la lavanda y las gauras.
¿Cuándo no son recomendables las flores para funeral?
En algunas religiones, como la judía y la musulmana, las flores no son bienvenidas en momentos de luto. En la religión judía, por ejemplo, la tumba no se decora con rosas ni flores, sino con pequeñas piedras colocadas por los familiares, que simbolizan la permanencia en el tiempo. En la religión musulmana, es más común contribuir económicamente para mantener a la familia y compartir la comida durante varios días después de la muerte. En las culturas asiáticas, se deben evitar las flores rojas, como las peonías o las rosas rojas, que simbolizan la buena suerte y la prosperidad.
También hay que prestar atención al tipo de funeral: incineración o entierro. El número de personas incineradas aumenta cada año y en algunas culturas es incluso la opción más elegida. Por tanto, si el cuerpo del fallecido se va a incinerar y las cenizas se van a esparcir, las flores pueden resultar superfluas. Sin embargo, a veces es posible plantar flores en el «jardín del recuerdo» o columbario, que cada vez se encuentran en más cementerios.
En cualquier caso, es fundamental respetar escrupulosamente los deseos del fallecido y de su familia, especialmente si han anunciado que no se permiten flores. Del mismo modo, algunas personas fallecidas han indicado antes de su muerte que les gustaría sustituir el envío de flores por una colecta, normalmente para destinar la suma recaudada a una causa cercana a sus sentimientos.